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¿Interesa comprar una moto eléctrica?

24 Jul. 21 | 22:00
Foto: Zero

Cada vez está más claro que los motores de combustión tienen los días contados. El futuro avanza hacia una electrificación para reducir las emisiones nocivas al ambiente pero, ¿A día de hoy compensa comprar una moto eléctrica?

La movilidad está sufriendo un cambio lento pero visible. Día tras día vemos como más marcas se inclinan por nuevos modelos eléctricos, tanto en las dos como en las cuatro ruedas. La movilidad del futuro tiene claro cuál debe ser su camino, pero muchos usuarios no ven claro aún las ventajas de una movilidad más limpia.

Los precios altos, la baja autonomía y los limitados modelos que hay actualmente en el mercado se podrían considerar los principales puntos negativos de las motos eléctricas. Pero aun así, las ventajas en el bajo mantenimiento y el incremento constante del precio del carburante, le dan la vuelta a todo para que se vea con buenos ojos la electrificación de este sector. Analizamos las principales diferencias entre estos dos mundos.

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Hidrocarburos frente a electricidad

El uso de las baterías eléctricas en las motos no es algo que venga de hace poco. Desde los primeros modelos de dos ruedas, los fabricantes han buscado una movilidad que no recurriera a la energía fósil. Se data de que, la primera moto eléctrica, hace su aparición en 1911, gracias a Ransomes, Sims & Jefferies. Posteriormente, fueron apareciendo otros modelos que alcanzaban incluso los 162km/h, récord que data de 1973.

Entonces, ¿Qué ha pasado en todo este tiempo para que se recurriera a los hidrocarburos? Podríamos decir que el coste más barato para fabricar motores de combustión en masa, además de un mercado que no buscaba reducir la contaminación, fue lo que inclinó la balanza hacia este sector. Hasta hace unos años, toda la movilidad se centraba en esta energía que parecía ser todo ventajas.

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Con la llegada de las normas Euro y, por último, la noticia sobre el fin de los motores de combustión para 2035, el mundo de la combustión va perdiendo fuerza. Lo vimos con la desaparición de las deportivas de 600cc, y ahora con la Euro5, los fabricantes cada vez intentan innovar más en sus motores para no perder rendimiento. A día de hoy, los que se han centrado en motos eléctricas, están igualando la potencia de las motos de combustión más potentes.

Foto: Silence

Autonomía

Aunque la autonomía siempre ha sido el talón de Aquiles de las motos eléctricas, los modelos actuales se han puesto las pilas y están llegando a autonomías más que decentes. La mayoría de scooters no bajan de una autonomía de 50km, por lo que son factibles para la movilidad urbana diaria, incluso para varios días.

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En el lado opuesto tenemos los scooters de combustión, donde la autonomía ronda los 150-200 km aproximadamente con un depósito. Esto inclina la balanza muy favorablemente hacia estos modelos, ya que a todos nos interesa pasar el menor tiempo posible repostando. Ya si nos vamos a modelos de gasolina de más potencia, nos encontramos con autonomías de casi 400km, como puede ser la Honda CB500F, que cifra su consumo a los 100 en 3,5 litros.

Coste de recarga

Sin duda, queda claro que en autonomía no hay quien gane a las de combustión. ¿Pero cuánto nos cuesta llenar un depósito? Con los precios de la gasolina cada vez más en alza, un depósito de 12 litros puede rondar los 16-17€. Pongamos que la autonomía media para esos 12 litros son 250 km. El km nos saldría a 0,064€.

Y ahora pongamos esa misma autonomía en una moto eléctrica. Visto el avance tecnológico, no cabe duda de que pronto dispondremos de esa distancia sin tener que recargar. Con las tarifas vigentes en España, supongamos que necesitamos una carga de 15kwh. Esto se traduciría en un coste de 2,50-2,60€. Punto a favor de la eléctrica, que nos ahorra 14€ por depósito.

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¿Y la instalación del punto de recarga?

Aquí es donde está el otro problema. Para esta recarga, tendremos que instalar un punto de carga en nuestro aparcamiento. Si buscamos empresas instaladoras, el coste partir de 250€, al que hay que sumar la instalación del circuito hasta la plaza de aparcamiento. Este proceso suele estar asistido por el propio concesionario, además de que pueden existir ayudas públicas en la instalación.

Foto: Energica

Siendo objetivos, el coste del punto de recarga se amortiza a los pocos kilómetros, por lo que sigue siendo una ventaja el uso de las motos eléctricas. Además, muchas de las baterías son extraíbles, lo que supone poder transportarla hasta la propia vivienda y cargarla allí, ahorrándonos la instalación del punto de recarga.

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Mantenimiento más barato

La mayor ventaja que presentan las motos eléctricas es el bajo mantenimiento. Frente a la combustión, nos ahorramos cambios de aceite y filtros, por ejemplo. Esto también se traduce en reparaciones más limpias y en menos visitas al taller. Además, los impuestos a estos vehículos son muy inferiores a las de combustión, por lo que compensa el bolsillo a final de año.

Sin embargo, las baterías también requieren de un mantenimiento. Les afecta más las temperaturas extremas, perdiendo capacidad de carga y vida útil. Tal como pasa con los móviles o los portátiles, con los años requerirá cambiarlas. Y no son piezas baratas precisamente.

Precio de compra

No todo iban a ser ventajas para las eléctricas. Aunque su mercado haya crecido exponencialmente, gracias en parte al motosharing y las empresas de reparto, el precio de los nuevos modelos están lejos de ser una ayuda para el sector. Aunque hasta hace poco hemos tenido el plan MOVES, sigue siendo insuficiente para que los usuarios puedan adquirir una de ellas.

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Es cierto que marcas como Super Soco, han ajustado sus precios para equipararse a modelos de 125 cc. Pero para aquellos que quieren una moto con un rendimiento superior a una 600 cc, por ejemplo, los precios se disparan. Estos modelos rondan los 20.000€. Un precio por el que podemos hacernos, por ejemplo, con una Ducati Panigale V2 de 155cv y una tecnología puntera. Sin duda un punto a revisar para fomentar la electrificación de este sector.

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