El Gran Premio de Italia siempre ha tenido un héroe local al que aclamar. Si nos remontamos a los años 90, el piloto local aclamado por excelencia era Luca Cadalora hasta que Biaggi irrumpió en 500cc después de haberse doctorado como piloto en la categoría del medio litro.
El romano fue idolatrado en masa hasta que un joven veloz llamado Valentino Rossi irrumpió con una Honda Nastro Azzurro a principios del siglo XXI. Su destello tuvo tal calibre que se convirtió en una religión para los tifosi de Italia, a consecuencia de los 9 entorchados cosechados. Pero claro, el trono de ningún campeón es eterno, seas Michael Schumacher, Michael Jordan o el mismísimo Miguel Induráin, y Rossi no iba a ser la excepción que rompiera la regla.
Todo apuntaba a que habría un sucesor al 46 de Yamaha por la gran cantera de pilotos. Por ejemplo, pilotos destacados en las categorías inferiores como Franco Morbidelli, Andrea Iannone o Francesco Bagnaia. Sin embargo, como si de un actor inesperado en el reparto se tratase, acechó un piloto poco conocido que siempre aparecía cuando Dorna subía la clasificación final llamado Danilo Petrucci y ascendía posiciones a medida que pasaban las sucesivas temporadas.
Su recompensa fue formar parte del equipo oficial de Ducati, pero no se iba a conformar con eso. La voluntad de cumplir los sueños lo puede todo, y ahora a aspira a ser el piloto que permita que el himno italiano siga sonando para el próximo lustro. Una prueba de ello ha sido la victoria de hoy lograda delante de su gente, la misma que estaba a disgusto por el pésimo papel de Valentino en la pista, y sobre todo, cómo lo ha conseguido, arriesgando en la última vuelta para derrocar en el cuerpo a cuerpo a los mismísimos candidatos al título, Marc Márquez y Andrea Dovizioso.
Petrucci: ¿héroe italiano?
Honestamente, sería injusto proclamar a Petrucci como nuevo héroe italiano por esa única victoria porque este éxito se veía venir e iba a suceder tarde o temprano. No obstante, este triunfo le va a permitir que los medios se percaten de la capacidad de sacrificio, humildad y perseverancia que tiene este simpático tipo procedente de Italia. De este modo, Danilo será un piloto a tener en cuenta para los intereses de Marc basados en batir a Rossi en títulos, y no solo por su progresión, sino porque puede poner en escena un nuevo modelo sobre cómo poder llegar a la cima, pero claro, ¿qué piloto puede seguir sus pasos?
Muy sencillo, un piloto japonés algo tímido llamado Takaaki Nakagami. Después de un 2018 basado en problemas y caídas, está mostrando una regularidad digna de un campeón, ya que no se ha bajado del top 10 exceptuando la caída en Le Mans y, para colmo, ha acabado en quinta posición en la pista italiana. Como si de una historia paralela se tratase, su fidelidad a la escudería Honda es directamente proporcional a la de Petrucci en su día con Ducati. Por lo tanto, Takaaki tiene en sus manos volver a ser el piloto japonés que pueda hacer lo que le tenía destinado el motociclismo a Daijiro Kato y a Shoya Tomizawa, es decir, pilotar para el equipo oficial de Honda.
Para ser sinceros, este hipotético fichaje depende de tres factores: de que Jorge Lorenzo siga haciendo un papel bochornoso en el equipo; de que la dirección liderada por Alberto Puig apueste por los pilotos satélites y por supuesto, de que siga rindiendo a las mil maravillas.
¿Imagináis que la historia de Petrucci inspira a que salgan otros héroes locales, por ejemplo en el país del Sol naciente? La respuesta la sabremos antes de lo que imagináis.
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