Lorenzo ha cruzado la línea de meta en el vigésimo puesto en la carrera de hoy en Aragón. Los problemas persisten, pero la fuerza de voluntad del piloto balear hace que se mantenga luchando contra sus demonios.
La odisea sigue vigente para Jorge Lorenzo una carrera más. En este Gran Premio de Aragón las dificultades continuaban estando presentes en el lado del box del mallorquín, además de que sigue resintiéndose de su lesión. Igualmente, el piloto español no encuentra todavía las sensaciones con la Honda que le hagan luchar, al menos, por los puntos en carrera. En Misano finalizó decimocuarto, pero en Motorland ha estado batallando junto a Abraham, Syahrin y Rabat para terminar siendo vigésimo y penúltimo por delante del piloto del Red Bull KTM Tech 3.
El compromiso de Lorenzo no se pone en duda, y él mismo lo ha dicho varias veces, pero todos los baches que encuentra en su camino duelen en el fondo. “Lo máximo que puedo hacer ahora es pelear por acabar la carrera. Hoy en las primeras vueltas conseguí mi mejor ritmo de todo el fin de semana, entonces el neumático trasero empezó a deslizar a partir de la tercera vuelta y fue a peor”, explicó el balear en unas declaraciones de GPOne. “Me adelantaron muchos pilotos hasta que me quedé el último en el grupo. Mi mejor vuelta ha sido dos segundos más lenta que la de Márquez y he acabado a 46 segundos del ganador, como en Misano. Hoy me he encontrado más relajado pilotando pero me vi forzado a bajar el ritmo”, comentó acerca de sus sensaciones.
“En las primeras vueltas conseguí mi mejor ritmo de todo el fin de semana”
Siguiendo con el tema de su lesión, el del Repsol Honda admite que, cuando un deportista siente que su cuerpo está mal, tiene menos ganas de correr riesgos. “Los pilotos tenemos mucho respeto por el miedo porque sabemos que el nuestro es un deporte peligroso. En 2008 y en este momento siento ese miedo, no es extremo pero está ahí. Intento mejorar, pero arriesgarme por una décima no tendría sentido”, confesó el cinco veces campeón del mundo.
“La Honda es una moto física y rígida, diseñada para tirar fuerte de ella y entrar en la curva con velocidad”, desveló Jorge sobre su moto. “Está fabricada para Marc y la han ido cambiando de acuerdo a sus necesidades. Para un piloto suave como yo no es una moto fácil, pero las lesiones lo han condicionado todo mucho. Antes de la lesión no me iba bien, pero terminaba a 14 segundos”, se sinceró Lorenzo, muy crítico con el desarrollo de la Honda.
Esta moto es la tercera montura distinta con la que Lorenzo corre en la categoría reina, pero a la que más le está costando hacerse. “Los problemas surgieron con la moto de 2019, buscando más potencia”, opinó el de Palma de Mallorca. “Marc se las arregla para sacarle provecho sin perder demasiado en las curvas por su estilo de pilotaje. En los test ya me di cuenta de que algo estaba mal, pero ya era tarde para solucionarlo. Honda sigue trabajando para sacar ventaja de esa potencia y a la vez solucionar los problemas en las curvas”, zanjó Lorenzo.
“Antes de la lesión no me iba bien, pero terminaba a 14 segundos”
El español cree que la fábrica siempre ha seguido a Márquez en el desarrollo de la moto, porque es el más rápido. “Sé que tengo que adaptarme, pero también creo que Honda es una gran fábrica con el potencial para satisfacernos a los dos, no en todas las áreas, pero al menos en algunas”, pensaba en las palabras de Alberto Puig hace unos días.
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