Imagina por un instante que Jorge Lorenzo anunciase hoy su retirada. Si tuviésemos que valorar su carrera deportiva habría que hacerlo como uno de los más grandes de la historia de MotoGP.
La falta de memoria y el hecho de que hoy en día todos los pilotos valen lo que vale su última carrera es muy injusto. Incluso mi valor seguramente, tras más de una década escribiendo artículos de MotoGP, dependa de lo que pueda transmitir en las próximos párrafos. Vivimos en un mundo de consumo rápido, todo va acelerado… aunque a veces es bueno frenar y cambiar la perspectiva. En este caso sobre Jorge Lorenzo, donde una corriente negativa se cierne a su alrededor desde hace meses. ¿Y si hoy decidiera “colgar el mono” como antes hicieron todos los grandes en algún momento? Este sería su lugar en la historia.
Creo que estamos viviendo el ocaso de uno de los grandes momentos históricos del motociclismo de competición, al menos en lo referido a pilotos de un nivel exagerado. Márquez, Rossi, Lorenzo y eso que ya se fueron Pedrosa y Stoner. El otro gran momento no lo viví, aún no había nacido en los años ’60. Entonces tres pilotos destacaron de sobremanera por encima del resto.
Giacomo Agostini y sus 15 títulos Mundiales (8 en la categoría reina), el piloto más laureado de la historia. Su gran rival era el británico Mike Hailwood con 9 títulos Mundiales (4 de ellos en 500cc), tenía un talento innato fuera de lo normal entre los más grandes, llegando incluso a ganar tres carreras el mismo día.
Ellos son dos de los más grandes de la historia, mientras que los otros dos más grandes los disfrutamos en la actualidad, Valentino Rossi y Marc Márquez. ¿Dónde entra Jorge Lorenzo en la ecuación? En los años ’60 había otro señor llamado Phil Read, el príncipe de la velocidad, otro fuera de serie que se topó con Agostini y Hailwood y llegó a vencerlos en ocasiones, sumando 7 títulos Mundiales, dos de ellos en 500cc. Jorge es el “Phil Read” de la época actual, el único que ha sido capaz de vencer y ser campeón con ambos en pista. Y aunque ahora recordemos al Lorenzo que fue 14º en Silverstone y Misano, lo que ha logrado hasta hoy está al alcance de muy pocos en la historia.
Sus números
Jorge Lorenzo sólo tiene 8 pilotos delante con más títulos en la categoría reina. 3 títulos Mundiales, los mismos que Wayne Rainey y Kenny Roberts, que también los lograron con Yamaha. En lo referido a victorias, acumula 68 en Grandes Premios y es el sexto de la historia tras, atentos a los nombres: Agostini, Rossi, Nieto, Márquez y Hailwood. Además, de esas victorias 47 han llegado en MotoGP, siendo el quinto detrás de Rossi, Agostini, Doohan y Márquez.
Su constancia entre los mejores ha hecho que consiga muchos podios, muchísimos. En MotoGP es el segundo piloto de la historia, tras Valentino Rossi, con más visitas a descorchar el cava. También es el segundo piloto con más poles en Grandes Premios, detrás de Marc Márquez. En vueltas rápidas es el 7º mejor en MotoGP. Como podéis comprobar está en los datos más importantes del palmarés de un piloto, siempre dentro del TOP 10 y en algunos casos dentro de los cinco mejores.
Más allá de los números
En el motociclismo hay algo más allá de la frialdad de las estadísticas. Jorge tuvo que esperar a un sábado, 4 de mayo de 2002, para poder debutar en el Mundial con 15 años. ¿Qué mejor regalo de cumpleaños? En su segunda temporada, mientras casi toda la afición sólo tenía ojos para Dani Pedrosa, ganó su primer Gran Premio en el circuito brasileño de Nelson Piquet. Allí nació su nombre del “por fuera” al superar a Pedrosa y Stoner con un adelantamiento exterior que parecía imposible, al iniciar la última vuelta.
En la retina quedan esas batallas en 125cc con su Derbi, frente a motos mejores, para ganar tirando de mucha valentía, determinación y hasta un poco de locura. Sus apuradas de frenada en 250cc, en su primer año con Honda, eran puro espectáculo. Con Aprilia encontró el arma perfecta y dominó dos años seguidos, llegando sus primeros títulos.
En MotoGP debutó con tres poles consecutivas y la victoria en la tercera carrera al superar a Valentino Rossi en la chicane de Estoril. Fue capaz de retar y vencer al todopoderoso italiano con sus mismas armas y en 2010 se convirtió (el 10 del 10 del 10) en el primer español en ganar en MotoGP. De los nuestros sólo Crivillé había sido campeón en la categoría reina, en 1999 sobre la 500cc. Supo sacar lo mejor al chasis Yamaha, con unas trazadas de tiralíneas y sus salidas “a lo Rainey” siempre han sido el sello de la casa. Martillo, mantequilla, cuando cogía un ritmo no paraba, capaz de copiar vuelta tras vuelta a la décima.
Siempre supo reponerse a momentos físicos muy duros, como cuando se rompió los dos tobillos en los entrenamientos de China 2008 y acabó cuarto en carrera. O cuando hizo la salvajada en Assen 2013, donde se rompió la clavícula el jueves, se operó y el sábado acabó quinto. Aquel día nos hizo sufrir y nos emocionó a partes iguales.
Hasta la fecha ha sido el único capaz de ser campeón de MotoGP con Marc Márquez en pista. En aquel 2015 fue a remolque toda la temporada tras un comienzo lejos del podio, pero lideró más vueltas y ganó más carreras que nadie. En cierto modo dos merecían el título entonces, pero sólo podía ganar uno.
Podría haberse acomodado en Yamaha, pero tuvo la valentía de cambiar a Ducati para buscar nuevos retos. Fue capaz de ganar y pese a que no está saliendo bien, también tomó el camino de ir a Honda al lado de Marc Márquez. El reto más difícil de su carrera deportiva y al que lamentablemente llegó en malas condiciones físicas.
No es fácil convivir en la misma época con dos pilotos como Rossi y Márquez a la vez, pero en realidad él ha sido el único en comer en la misma mesa que ellos. Está en un momento de crisis, físicamente no está bien desde hace más de un año, su confianza se tambalea más aún sobre una moto muy lejos de sentir como propia.
Es como si no fuese él mismo y a lo mejor, como he dicho que a veces es necesario, sólo debe verlo todo con otra perspectiva. Tanto si gana con Honda, como si cambia de marca o si decide dejar de correr, debe seguir su corazón más que nunca y hacer lo que él quiera. Ya es uno de los más grandes de la historia, un CAMPEÓN en mayúsculas y eso nadie se lo podrá discutir.
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