Hoy se cumplen 23 años que Valentino Rossi consiguiera su primer título Mundial. Fue en el circuito checo de Brno con su Aprilia de 125cc. Lo increíble de su historia, más allá de sus resultados, es que con 41 años aún tenga la motivación de buscar otro título de MotoGP.
Brno tiene una historia especial con Valentino Rossi. El italiano empezó allí a escribir su palmarés en letras de oro en la historia del motociclismo. En 1996, tras un recordado duelo con Jorge Martínez “Aspar”, conseguía su primera victoria mundialista. Fue tras una gran apurada de frenada en la última vuelta, antes de llegar a la curva de Kevin Schwantz.
Su relación de amor con el trazado checo, se acrecentó el 31 de agosto de 1997 cuando Valentino logró su primer título, de los nueve que ha atesorado hasta la fecha. Sin duda se veía que el italiano era especial y no sólo por su dominio en pista (12 victorias aquella temporada de 125cc, récord absoluto), sino que su carisma, sus celebraciones y las emociones que transmitía a todos los aficionados. Más allá de la nacionalidad que tenía.
Desde aquel día hasta hoy aquel joven adolescente ha cambiado mucho, pero su esencia sigue ahí. Ha pasado por motores de 2 tiempos, de 125cc, 250cc y 500cc, después por MotoGP con las 990cc, las 800cc, hasta llegar a las actuales 1000cc. Su carrera en las categorías inferiores estuvo ligada a la marca italiana de Aprilia, para llegar a Honda en la categoría reina. Allí con el equipo técnico que Doohan había dejado el año antes, formó un tándem perfecto. Pero si algo aún no ha cambiado, es su extraordinaria pasión por pilotar, es su forma de vida en lo más hondo de su ser.
Ya en 2010, cuando sufrió su grave lesión de tibia y fichó por Ducati, donde su rendimiento estuvo muy lejos de su mejor nivel, muchos esperaban su retirada. Veían a un Valentino triste, sin ilusión, pero su vuelta a Yamaha en 2013 lo rejuveneció. Desde entonces puede que nunca haya vuelto a ser campeón de MotoGP, pero siguió evolucionando y aprendiendo. Volvió a ganar y en cada carrera aumenta su leyenda.
Hace dos semanas, en aquel espectacular accidente en Austria con Zarco y Morbidelli, vio pasar la muerte delante de sí. Después del enorme susto inicial y haber sentido como sólo un milagro impidió la tragedia, Valentino fue capaz de volver a subirse a su Yamaha M1 y acabar 5º lugar la carrera. Mientras que veíamos las imágenes y dábamos gracias a Dios por no haber asistido a una tragedia en directo, que hubiera marcado MotoGP para siempre, el #46 se subía a la moto y volvía a pista. Tanto él como Viñales demostraron una valentía que sólo los pilotos tienen.
Cualquiera de los mortales no habría vuelto y a su edad, con todo lo ganado en pista y con todo el dinero acumulado en el banco, la retirada habría sido seguramente el pensamiento más firme. Pero Valentino es especial, para muchos el mejor de la historia y sigue asegurando que va a seguir, que firmará por Petronas y lo veremos en 2021.
Rossi está persiguiendo un sueño, el 10º título sería el broche de oro a su carrera deportiva. Y tras cinco carreras y un abandono ajeno a su culpa, por problema de motor, está a sólo 25 puntos del líder de MotoGP, Fabio Quartararo. Con la ausencia de Marc Márquez, por la lesión de húmero producida tras su caída en Jerez, se abre un abanico de oportunidades y él seguramente esté ante la última, como también puede ser el caso de otro veterano como Andrea Dovizioso. De hecho, el campeón nos contó hace poco que para él era su favorito.
Los números de Rossi lo colocan en el Olimpo de los más grandes. 89 victorias en la categoría reina, 13 en 500cc y 76 en MotoGP, el que más en toda la historia. Siete títulos en MotoGP, tan sólo uno por detrás de su compatriota Giacomo Agostini. ¿Conseguirá el sueño del broche de oro? En una temporada tan loca como la que estamos viviendo, todo puede ocurrir. La regularidad en el podio y los pequeños detalles pueden determinar, el campeonato más abierto que jamás hayamos vivido.
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